Algunas frases del libro de Lucás Alamán que me gustaron especialmente o me llamaron más la atención.
Este libro de historia es el quinto de este autor. ¡Éste tiene 641 páginas!
Me gusta mucho su sapiencia, el análisis profundo que suele hacer de los acontecimientos, el haber sido contemporáneo de los personajes de este libro, y el haberlos conocido a todos ellos, siendo como fue él mismo protagonista de muchos de estos sucesos.
Página 93
En Teloloapan se presentó Guerrero a Iturbide, como se lo había anunciado en carta... en que le decía: "... en breve tendrá su servidor a su vista una parte del ejército de las Tres Garantías, de que tendré el honor de ser un miembro... como un subordinado militar".
Menciona el historiador que su encuentro fue en Teloloapan y no en Acatempan.
Me llama la atención que, no solo a los ojos de Iturbide, sino del propio Guerrero, éste era un subordinado de Iturbide, al que el propio Guerrero reconocía como superior, a diferencia de lo que lo historiografía oficial pretende presentar, que Guerrero e Iturbide se reconocían como aliados e iguales.
Página 118
Santa Ana, habiendo pasado a Orizaba, desahogó desde allí... una proclama amenazadora contra Veracruz, en la que decía: "¡Veracruz! la voz de tu exterminio será desde hoy en adelante el grito de nuestros combatientes al entrar en las batallas: en todas las juntas y senados, el voto de tu ruina se añadirá a todas las deliberaciones. Cartago, de cuya grandeza distas lo mismo que la humilde grama de los excelsos robles, debe ponerte miedo con su memoria. ¡Mejicanos! Cartago nunca ofendió tanto a Roma como Veracruz a Méjico. ¡Sed romanos pues teneis Escipiones: Dios os proteje!" Si no fue Carlos María Bustamante el autor de este párrafo, debió de parecerle muy bien...
Primero, este libro recuerda que Santa Ana fue también un héroe patrio, pues luchó por
la Independencia de México (como también más adelante, ya siendo México independiente, lucharía contra españoles, franceses y estadounidenses), por muy chocante que nos resulte esa idea.
Por otra parte, me brinca la proclama tan llena de odio contra una ciudad, Veracruz, ¡como no!, solo porque los habitantes eran mayormente españoles que no compartían los mismos ideales que él. ¿?¿Realmente una ciudad merece la destrucción porque sus pobladores piensan diferente?
Ya desde aquí se entrevé la fea personalidad de Santa Ana.
Lo malo es que lo mismo podemos expresar del Padre de
la Patria, Miguel Hidalgo, quien sentía igual odio hacia los que no compartían sus ideas, como tristemente lo pudieron atestiguar Guanajuato, Valladolid y Guadalajara.
Página 133
En San Juan del Río se presentó a Iturbide D. Guadalupe Victoria... Su intento era hacerle variar el plan de la revolución, no para que se adoptase una forma de gobierno republicano como otros pretendían, sino para que se llamase al trono en lugar de Fernando VII y demás príncipes designados en el plan de Iguala, a un antiguo insurgente, que no se hubiese indultado y que no siendo casado, se enlazase con una india de Guatemala, para formar de ambos países una sola nación: y como no había insurgente alguno en quien concurriesen estas calidades, pues casi todos se habían acogido al indulto, y los que no lo habían hecho, como Bravo y Rayón, eran casados, Victoria parecía designarse a sí mismo. Iturbide vio con desprecio semejante idea y formó tan triste concepto del que se la propuso, que no le dio grado alguno en el ejército, previniendo que se tuviese vigilancia sobre él.
¡Qué penosa actuación de este héroe patrio, el de "Va mi espada en prenda, voy por ella" y primer presidente de México, Guadalupe Victoria, quien vivió en el monte durante cerca de dos años, sin que se supiera a ciencia cierta si estaba vivo o había muerto, y al regresar de su autodestierro mostró un aspecto que daba a pensar que estaba loco, y casi lo primero que hace fue ir a ver a Iturbide para proponerle que mejor lo nombraran emperador a él (a Victoria)! ¡Este es el mismo Victoria que después se dice enemigo jurado de la monarquía y defensor a ultranza de la república!
Páginas 553-558 (Documento 6)
Plan llamado de Iguala
¡Americanos!... Es llegado el momento en que manifesteis la uniformidad de sentimientos y que vuestra unión sea la mano poderosa que emancipe a
la América...
No le anima otro deseo al ejército, que el conservar pura la santa religión que profesamos, y hacer la felicidad general. Oíd, escuchad las bases sólidas en que funda su resolución.
1. La religión católica, apostólica, romana, sin tolerancia de otra ninguna.
2. La absoluta independencia de este reino.
3. Gobierno monárquico templado por una constitución análoga al país.
4. Fernando VII, y en sus casos los de su dinastía o de otra reinante serán los emperadores...
16. Se formará un ejército protector que se denominará de las Tres Garantías, porque bajo su protección toma, lo primero, la conservación de la religión católica, apostólica, romana... lo segundo, la independencia bajo el sistema manifestado, lo tercero, la unión íntima de americanos y europeos.
En la escuela me enseñaron que los colores de la bandera de México representan el verde la independencia, el blanco unidad y el rojo la sangre de los héroes. Cuando he preguntado sobre el significado de los colores siempre he recibido comentarios similares.
Lo cierto es que el blanco es por la religión, por mucho que nuestros políticos, de Juárez para acá, con vergüenza mal disimulada, lo han querido encubrir.
Y el rojo no es por la sangre, sino por la unión de americanos y europeos (y se inspiró en el rojo de la monarquía española y que retoma la actual bandera de España), unión que a partir de que México se convirtió en república con Victoria, todos los políticos republicanos liberales (Victoria, Guerrero, Mier, Zavala, Gómez Farías, Quintana Roo, etc.) se esforzaron en desconocer, por un mezcla de odio, complejo y ambición por quedarse con el dinero de los españoles residentes en el país, a los cuales persiguieron, encarcelaron y expulsaron, ocasionando con ello un mal económico al país, pues los españoles eran gente de empresa, industria y conocimiento, y al irse perdimos todo eso y el dinero que muchos de ellos conservaban.
Lo cierto es que cuando Iturbide proclamó el Plan de Iguala, todos los antiguos insurgentes se adhirieron al mismo y lo reconocieron, aunque después se volvieran republicanos, o como diría alguien, muchos hicieron como que se volvían republicanos, porque en una república hay más oportunidad de robar y de vivir del erario a base de demagogia.
Página 197
El 27 de septiembre de 1821... la alegría era universal, y puede decirse que éste ha sido... el único día de puro entusiasmo y de gozo sin mezcla de recuerdos tristes o de anuncios de nuevas desgracias, que han disfrutado los mexicanos.
La gran fecha olvidada de la historia de México. Siempre festejamos el 16 de septiembre, pero nunca el 27, que fue la fecha en que México se convierte en independiente, el día de su independencia.
La realidad es que el 27 fue declarado casi inmediatamente como la fecha conmemorativa más importante, pero menos de dos años después, los que derrocaron a Iturbide y lo obligaron a salir del país, sacaron rápidamente el cobre, y como demonios vengativos, no se contentaron con expulsarlo del país, sino que lo declararon enemigo de
la Patria, desconocieron su contribución a la independencia de la nación, borraron la fecha más importante de nuestra historia, y apenas tuvieron oportunidad, lo fusilaron a traición y contra todo sentido de justicia.
Dicen que maldito es el hijo que comete parricidio. México asesino al autor de su independencia, al único que puede ser reconocido como verdadero Padre de
la Patria. ¿Qué se merece esta Patria por haber matado a su Padre?
Me da vergüenza pensar en la respuesta, pero por lo menos podríamos reconocer a Agustín de Iturbide su primerísimo lugar en el panteón de nuestros héroes.
Páginas 344-345
... y en entonces se puso a discusión la que presentó Gómez Farías y que suscribieron con él otros cuarenta y seis diputados, en la que después de hacer el mayor elogio del mérito singular de Iturbide y de la buena fe con que había cumplido el tratado de Córdova, que lo separaba del trono, asentaba "que rotos éste y el plan de Iguala por no haber sido aceptados por España, los diputados estaban autorizados por aquellos mismos tratados, a dar su voto para que Iturbide fuese declarado emperador, confirmando de esta manera la aclamación del pueblo y del ejército, recompensando debidamente los extraordinarios méritos y servicios del libertador del Anáhuac..."
Me llama la atención que fue precisamente Valentín Gómez Farías, el reconocido como precursor de
la Reforma, reconocido liberal, quien después de deshacerse en elogios a Iturbide, defiende su idoneidad para gobernar a México como emperador, y que la mayoría de los diputados así lo votaron, en esa sesión y en otra posterior en que se volvió a votar el mismo punto.
Si los mismos liberales que después se esgrimirían como republicanos encumbraron a Iturbide como emperador, podemos, a mi entender, eximir a Iturbide de toda culpa de haber sido emperador de México.
Es muy importante recordar que en esa época eran más comunes los imperios y monarquías, y de ninguna manera se veía a un rey o emperador como tirano, de la misma manera que ahora no vemos al rey de España o a la reina de Gran Bretaña como tiranos.
Página 351
... el general Guerrero, que se hallaba en su capitanía general del Sur, decía a Iturbide en carta fecha en Tixtla el 28 de mayo: "Cuando el ejército, el pueblo de Méjico y la nación representada en sus dignos diputados del soberano congreso constituyente, han exaltado a Vuestra Majestad Imperial a ocupar el trono de este imperio, no me toca otra cosa que añadir mi voto a la voluntad general, y reconocer como es justo las leyes que dicta un pueblo libre y soberano. Éste, que después de tres siglos de arrastrar ominosas cadenas, se vio en la plenitud de su libertad, debida al genio de Vuestra Majestad Imperial y a sus mismos esfuerzos con que sacudió aquel yugo, no habrá escogido la peor suerte, y así como haya afianzado el pacto social para poseer en todo tiempo los derechos de su soberanía, ha querido retribuir agradecido los servicios que Vuestra Majestad Imperial hizo por su felicidad, ni es de esperar que quien fue su libertador sea su tirano..."
No sé qué me llama más la atención de esta carta, si el servilismo casi denigrante con que Guerrero se dirige a Iturbide, o el amplio reconocimiento que Guerrero le hace de haber sido el libertador de México, o el reconocimiento que hace de que Iturbide fue elegido emperador por la voluntad de toda la nación.
O tal vez lo que más que me brinca por chocante es la facilidad con que posteriormente Guerrero se vuelve enemigo de Iturbide y apoya todas las medidas que se dieron en su contra, incluso su fusilamiento.
Páginas 402-404
Dado el impulso en Veracruz, los ánimos comenzaban a agitarse en todas partes. El día 5 de enero de 1823 se evadieron de Méjico los generales Guerrero y Bravo... Guerrero expuso los motivos por que había salido de la capital, y leído el plan que Santa Ana les había remitido, acordaron adherirse a él...
Armijo marchó de Apango a Chilapa... y Guerrero y Bravo resolvieron salirle al encuentro...
Armijo atacó en la mañana del 25 de enero, subiendo con denuedo al asalto la compañía que había sido de realistas de Jiutepec, en cuyo acto cayó Guerrero herido gravemente por una bala que le entró en el pulmón: su gente, suponiéndolo muerto y amedrentada por el suceso, comenzó a entrar en desorden... a Guerrero lo tomó un soldado en su caballo y lo ocultó en una barranca, de donde lo retiró a su choza un indio y en ella se curó tan imperfectamente, que quedó enfermo toda su vida.
Esta narración me interesó por haber yo ignorado todo sobre este suceso. Fue la primera de muchas revueltas y golpes de estado que tanto daño le hicieron la país en su primer siglo de vida, y por supuesto, fueron dos héroes patrios los que le siguieron la corriente al eterno Santa Ana.
Página 430
El padre Mier dijo estar conforme por razones de política y conveniencia en que Iturbide saliese del país, aunque su opinión era que debía ser ahorcado, lo que trató de fundar en doctrinas de Santo Tomás, rebajando los méritos que había contraído haciendo la independencia, hasta decir que sin el auxilio de Guerrero no habría podido lograrse.
Desconocía que había sido otro de nuestros héroes patrios, Fray Servando Teresa de Mier, quien había iniciado la campaña de linchamiento en contra de Iturbide, que culminó, precisamente con su fusilamiento.
Es de notar como todos los héroes patrios, como humanos que son, están llenos de virtudes pero también de defectos, tan grandes como el odio que albergó este polémico y popular fraile, popular porque sus discursos a
la Robespierre eran objeto de malsana admiración entre los ignorantes y los no ignorantes también.
Páginas 458-460
Iturbide rezó en seguida el credo y un acto de contrición, besó el crucifijo que se le presentó, y habiendo mandado hacer fuego el ayudante Castillo, cayó atravesado con una bala en la cabeza y otras en el pecho.
Los congresos de todos los Estados se hallaban dispuestos a hacer lo mismo que el de Tamaulipas: el de Veracruz, que se componía entonces de las personas más respetables, felicitó a aquél por su resolución, y mandó escribir con letras de oro en el salón de sesiones, los nombres de los diputados que votaron la muerte de Iturbide; en los otros Estados en que se supo a un tiempo la llegada y muerte de Iturbide, la opinión se manifestó uniforme en el mismo sentido, y en las proclamas que publicaron las autoridades de todos, se las ve calificar el suceso como un acontecimiento feliz... El Poder ejecutivo, formado de Victoria, Guerrero y Domínguez, ofreció a Garza por premio la primera faja de general de brigada...
¡Cuánta bajeza puede cometer el ser humano (sí, también los héroes patrios) llevado por el odio, la envidia y la soberbia! La nación que primero encumbra al héroe y luego lo crucifica y se felicita de ello.
¡Pocas veces se cumplen tanto los dichos que ridiculizan a las mayorías!
"No se debe confundir la verdad con la opinión de la mayoría."
"La mayoría es lo más fuerte. Coloca a diez filósofos de un lado y a once bobos en el otro, y los bobos ganarán."
"A la mayoría de las personas prefiero darles la razón rápidamente antes que escucharlas."
Páginas 535-536
En el Estado de Veracruz, lo que hemos visto acontecer en el de Méjico, se repite con más notable contraste: durante largo tiempo no ha podido fijarse cuál debe ser su capital, porque siéndolo Veracruz, los habitantes de la mayor parte del Estado corren riesgo de perecer de las enfermedades peculiares de la costa cuando ocurren a aquella ciudad, no siendo pequeños los inconvenientes que se siguen de que la capital esté en otro lugar, sin que falten otros, nacidos todos de la conformación del terreno, pues los habitantes de Orizaba y Córdova, aunque inmediatos a Jalapa en línea recta, no pueden comunicarse con esta última ciudad, sino dando una gran vuelta alrededor de la extensa falda del Pico y del cofre de Perote, o teniendo que atravesar por caminos intransitables.
Me pareció muy interesante leer, de labios de un testigo presencial, el origen de la polémica sobre cuál debía ser la capital del estado de Veracruz, de la que surgió la decisión de quitar ese honor al puerto de Veracruz para dárselo a Jalapa.