lunes, 29 de agosto de 2011

¿Qué admirar en Juan Pablo II?

En el primer cuatrimestre de 2005, con motivo de la muerte de Karol Wojtyla, al escuchar el coro de alabanzas para el papa fallecido, llegué a reflexionar acerca de lo que hubo de admirable en su persona, y concluí que eran varias cosas y en una buena medida.

Después de hacer un rápido análisis del siglo XX y lo que iba del siglo XXI me di cuenta de que Karol Wojtyla es, desde 1900, una de las 3 personas que más admiración me generan.

Sin embargo, difiero de las causas admirables que la mayoría de la gente ha citado.

Que fue un hombre santo… Santo significa “perfecto y libre de toda culpa”, según la Real Academia Española de la Lengua… No me la creo. Fue un hombre realmente muy bueno, de buen corazón, y buen accionar, pero no libre de culpas. La principal, a mi juicio, su obstinación, necedad, terquedad, para aceptar opiniones distintas a las suyas. ¡Qué diferencia con el llamado “papa bueno”, Juan XXIII, que 15 años antes de que Juan Pablo II subiera al trono pontificio, maravilló al mundo con su bondad, tolerancia, apertura, y comprensión. Juan Pablo II fue, en cambio, un papa duro, intolerante, obstinado, doctrinal, como reconocen tanto sus críticos como sus más fieles seguidores (y cuando hablo de sus más fieles seguidores, no hablo de la gente común que seguía al líder carismático, sino a los eclesiásticos más cultos y cercanos a él, quienes precisamente lo admiraban por esa firmeza de convicciones mediante la cual se negaba a todo pensamiento contrario, fuera la defensa de los métodos anticonceptivos, del aborto en casos de violación, o de la eutanasia).

Carismático. Ese es precisamente el adjetivo que más me viene a la mente cuanto pienso en Juan Pablo II. Si pienso en un papa bueno, pienso en Juan XXIII; si pienso en un papa popular, fotogénico, líder, en una palabra, carismático, pienso en Juan Pablo II.  Cuando vino a Veracruz en 1990, lo vi pasar en su “papamóvil” por la avenida Díaz Mirón, y lo que vi se me figuró el desfile de un artista famoso, de una celebridad.

No es la bondad la principal causa por la que admiro tanto a Karol Wojtyla.

Cuando en el 2003 se reveló que Karol Wojtyla tenía al menos 2 años con la enfermedad de Parkinson, yo pensé que era el momento de que renunciara a su pontificado. Terminantemente anunció que no lo haría. Y yo pensé con cierto enojo que una vez más demostraba su necedad, ahora al no ceder el trono a alguien con mayor uso de facultades que él.

Después lo seguí en los medios de comunicación en su sufrimiento. Mi enojo por su “necedad” se vio atemperado por un nuevo sentimiento: compasión. Cuando lo veía sufrir, internamente yo sufría con él. Cuando lo veía ser transportado en alguna visita pastoral, veía el dolor en su cara, veía sus ropajes y pensaba en el calor que debía de tener, y el cansancio que su cuerpo debía de estar padeciendo, yo sufría con él. Con cada una de sus recaídas, yo sabía que su sufrimiento sólo iba aumentando, y que cuando se restableciera lo suficiente para volver a estar plenamente consciente, me iba a encontrar con un hombre más sufriente aún. Y, al verlo de nuevo, yo me decía, ¿por qué no renuncia este hombre, para poder descansar en una mecedora, en el aire fresco de una terraza, con ropa ligera, con comodidades? Este pensamiento comenzaba a escapar de mi control.

Cuando vi a Karol Wojtyla tratar de dar un discurso de Semana Santa, si mal no recuerdo, de Viernes Santo, y a pesar de sus enormes esfuerzos, no pudo articular palabra alguna, no pude evitar llorar. “Que está aún en pleno uso de sus facultades mentales” decían sus allegados. Pero no renunciaba. Y nadie podía obligarlo a renunciar, porque ésa era, mientras estuviera lúcido, una prerrogativa exclusivamente suya… Ya hacía tiempo que me había convencido de que había una razón extraordinaria, que no alcanzaba a asir, por la que Karol Wojtyla no renunciaba a su pontificado. ¿Cuál era? era lo que me preguntaba constantemente en esos días.

Cuando murió, tras varios días de agonía y profundo sufrimiento, pero teniendo casi hasta el final completa lucidez, finalmente, lo comprendí.

Cristo, veinte siglos antes, sabía lo que iba a sufrir. Y fue tranquilo y resignado al matadero. La Iglesia Católica sustenta que consagró su vida y dio su carne y su sangre para liberarnos a todos de nuestros pecados. Otras Iglesias cristianas difieren un poco de esa doctrina, pero en esencia creen eso mismo. A partir de la obra y sacrificio de Jesús, sostiene la Iglesia Católica, todos podemos ahora salvarnos por Cristo, pero algo que no ha desaparecido es el sufrimiento humano.
El sufrimiento humano lo padecemos todos, aunque algunos mucho más, en un grado que resulta casi intolerable para una persona sensible. ¡¿Cómo es posible que Dios permita que exista tanto sufrimiento?! ¡¿Cómo Dios puede permitir que algunas personas sufran tanto?! La humanidad necesita encontrar esa respuesta, y con ella un consuelo al sufrimiento. ¿Y quién puede darnos esa respuesta tangible y palpable?

Y he aquí que un hombre sencillo y bueno, con sus virtudes y defectos, con sus fortalezas y debilidades, como cualquiera de nosotros; un muchacho polaco, y digo muchacho porque creo que Karol, con su alegría y su amor, nunca dejó de ser un muchacho, o un niño, como dijo Jesús, cuando afirmó que "de los que son como niños es el reino de Dios"; pero digo, este muchacho, estudioso de la doctrina católica, y convencido de la misma, concluyó que, igual que sucedió con Jesús, el sufrimiento es una vía rumbo a la salvación, y no sólo a la salvación de uno mismo que es el sufriente, sino también, a través del ejemplo, a la salvación de los demás.

Yo creo que Karol desde lo más íntimo de su corazón estaba convencido de que el sufrimiento de un ser humano es un medio preciosísimo de que se vale Dios para ayudar al mundo a salvarse; Karol demuestra lo convencido que estaba de eso en los libros que escribió, lo dice con todas sus letras. Karol sabía en lo más profundo de su ser que el sufrimiento ayuda a sacar lo más bueno y lo más puro de un ser humano; y Karol quería compartir eso; ansiaba compartir ese mensaje. Por ello escribió libros explicando sus creencias más íntimas. Pero sabía que con las palabras no era suficiente. Al igual que Cristo, sabía que las palabras no eran suficientes para transmitir su mensaje; sabía que se necesitaba un ejemplo contundente que la gente pudiera observar, palpar, sentir, vivir. Y ese ejemplo sólo lo podía dar él mismo.

Ya me imagino el conflicto interior que como ser humano -y todo ser humano es débil- padeció. Pero fue más su ardor interior que sus miedos. Y decidió dedicar su vida a su máxima obra. Karol Wojtyla decidió no renunciar sino seguir siendo visible a la gente, y que la obra de su vida iba a ser brindar con su vida y su sufrimiento un ejemplo que no se pudiera borrar de nuestras mentes, pero sobre todo de nuestros corazones. Karol anhelaba que comprendiéramos lo que él tenía muy claro, que debemos aceptar el sufrimiento como un vehículo de salvación. Y tanto fue su anhelo, que deseó con todo su corazón sufrir una intensa agonía, para que todos comprendiéramos el más profundo de sus mensajes, el mensaje que él sabía que había recibido en su alma del mismo Cristo.

Casi puedo verlo feliz en su alma, mientras su cuerpo sufría, sabiendo que estaba logrando transmitir su mensaje. Y ese fue un mensaje de inmenso amor, hacia todos nosotros.
Karol Wojtyla fue un muchacho ordinario, que trascendió a lo extraordinario, y nos dejó el legado más grande que un ser humano pueda dejar, el de haber sabido amar de verdad.

jueves, 18 de agosto de 2011

Göbekli Tepe

El sitio del que voy a hablar es, a mi parecer, el lugar más interesante del mundo y de la historia.

Göbekli Tepe es una zona arqueológica que está siendo excavada en el sur de Turquía, cerca de su frontera con Siria. El nombre, que viene del idioma kurdo, significa “colina panzuda”, lo que se explica en el hecho de que sus constructores, después de usar uno de sus templos, literalmente lo enterraban, rellenándolo con tierra y desechos. Lo que la gente del área veía como un montecito, en realidad era un conjunto de edificios sepultados. Hasta que se comenzó a excavar.

Lo que se descubrió es una veintena de edificios religiosos hechos con piedra caliza, cada uno de ellos con dos murallas circulares exteriores adornadas con columnas,  al centro un círculo de grandes columnas y, dentro de ese círculo, dos columnas más, las más grandes y anchas de todas, con una altura de 5.4 metros y formadas de piedras de un peso aproximado a las 16 toneladas, es decir, 16,000 kilogramos. Las columnas alcanzan un enorme grado de precisión en el trazo, y están adornadas por figuras en relieve extraordinarias en su valor artístico, representando animales y personas.
 

Aquí termina la descripción, ¿pero qué es lo realmente relevante de un lugar así? Que fue construido aproximadamente entre los años 9,600 y 8,400 antes de Cristo, y los más hermosos, artísticos y precisos de los edificios son los más antiguos.

9,600 a.C. equivale a 7,000 años antes que la fecha aproximada de construcción de Stonehenge, que es considerada una de las maravillas del mundo moderno. Y asombrosamente, los cortes en la piedra de Stonehenge parecen hechos por niños de Preescolar comparados con los de las piedras de Göbekli Tepe. Y las piedras de Stonehenge no tienen ningún relieve o escultura, mientras que los de Göbekli Tepe son bien trazados, y muy hermosos. ¿Cómo lo pudieron hacer antes del comienzo del periodo Neolítico, antes de la Edad del Hierro, al final de la última Edad del Hielo?

9,600 a.C. equivale a unos 4,000 años antes de la invención de la rueda. ¿Cómo pudieron sus constructores remolcar esos bloques gigantescos de piedra al menos 400 metros desde la cantera más cercana, sin utilizar la rueda, ni medio de transporte o animal de carga alguno?

9,600 a.C. equivale a unos 5,500 años antes del uso del hierro. ¿Cómo pudieron hacer cortes tan precisos en la piedra sin las herramientas idóneas?

Estos datos me dejan perplejo y asombrado de lo grandioso que fue el lugar para la época en que fue construido. Pero lo más relevante de Göbekli Tepe no es eso, sino lo que voy a tratar de explicar a continuación.

El lugar no tenía viviendas ni lugar para preparar alimentos. La fuente de agua más cercana dista 5 kilómetros del lugar. Tampoco sirvió como centro funerario. Su función parece haber sido exclusivamente de adoración. Es decir, un templo, el equivalente a nuestras modernas iglesias.

La agricultura apareció, en sus primeras fases, alrededor del año 7,500 a.C. Siempre se ha creído que la agricultura surgió como una necesidad de los pueblos de generar una fuente de alimentos adicional a la caza y la recolección. Hasta ahora se ha considerado en los medios científicos que con el surgimiento de los asentamientos humanos dedicados a la agricultura, surgieron la civilización, la religión, la organización social y política.

Pero lo que Göbekli Tepe sugiere es que la historia del surgimiento de la civilización ocurrió a la inversa, esto es, que primero fue la religión y el surgimiento de una organización social y quizá hasta política, necesaria para que las gentes de las aldeas del alrededor se pusieran de acuerdo y se movilizaran para realizar el cortado, levantamiento y acarreo de las piedras. Estas personas, que no vivían en el lugar de adoración que estaban construyendo, necesitaban, sin embargo, que les llevaran agua y comida y, probablemente para poder satisfacer estas necesidades alimentarias, las personas de las aldeas cercanas tuvieron que comenzar a “domesticar” plantas para generar los cultivos con que alimentar a tantas personas.

El gran cambio de paradigma que nos están arrojando los descubrimientos arqueológicos en la zona es que la religión no fue un invento del hombre sedentario y agricultor. El nuevo orden de ideas sugiere que primero surgió la religión y, como consecuencia de las prácticas religiosas, surgió la agricultura y todo lo que conocemos como civilización.

Entonces, si la religión organizada, tal como la conocemos, no surgió de la agricultura y de las necesidades de un pueblo sedentario, ¿cómo es que surgió, cuál es su origen?

Yo creo que la religión surgió como un producto de la mente humana, de una necesidad muy íntima y primitiva de creer en algo, como un impulso natural y primigenio del hombre.

Y mi inquietud más profunda termina con este pensamiento: tal vez es momento de comenzar a darle la razón a los creyentes, sin importar la religión a la que pertenecen, cuando dicen que el hombre necesita creer en Dios, porque Dios está dentro de uno mismo y es parte de uno mismo; y que negar la existencia de Dios es como negarse a uno mismo, como negar el propio ser.

martes, 16 de agosto de 2011

Sobre las mujeres y la infidelidad

Tres de los grandes regalos que Dios/la vida me ha dado han sido mis tres hijos, Arturo, Mariana y Jazmín. Siempre me ha causado curiosidad conocer hasta dónde llega la capacidad de un padre para recibir un nuevo hijo con el mismo asombro y arrobo que con el primero que se tiene. Probablemente para mí es fácil decir que estoy enamorado de mis hijos porque “sólo” tengo tres; pero ¿sería mi reacción similar si naciera mi sexto hijo?

Cuando yo veo una muy buena película varias veces, mi reacción las primeras veces es de sumo interés, pero como a la cuarta o quinta vez de verla, las escenas se vuelven tan predecibles que paulatinamente el interés se va perdiendo. Sin embargo, cuando veo una película que me encanta, que sólo de pensarla me emociono, no importa cuántas veces antes la he visto, siempre me engancha, casi tanto como la primera vez.

El Padrino, por ejemplo, siempre me atrapa con ese ambiente entre solemne, ritual y violento, y me cautivan algunas escenas como cuando los comensales le van a ofrecer “sus respetos” al jefe de la familia, “el Padrino”. Con Loco por Mary, por otra parte, siempre me destornillo de la risa, pues a pesar de ser una película boba, invariablemente saca en mí todo mi sentido del humor y gusto por lo simple, como en esa escena, memorable a mi parecer, en que Adam Sandler se pelea con el perro de Mary y lo termina arrojando por la ventana. Pudiera pensarse que después de tantas veces de ver la misma escena ya no me tendría que hacer reír tanto, y sin embargo siempre me carcajeo al verla.

Igual me pasa con mis hijos, nunca me aburren, pues cada uno es para mí genial, único, irrepetible; y pensándolo bien, yo creo que si tuviera seis hijos, cada uno de ellos sería para mí genial, único, irrepetible.

Hace unos meses un amigo que aún no tiene hijos ni está casado me comentó que él preferiría sólo tener hijos varones, pues le molesta el que con frecuencia a las mujeres “les ponen los cuernos” sus novios o esposos. Realmente no recuerdo qué le contesté en esa plática, pero en esencia no creo haber tenido un contraargumento que oponerle. Ayer en una reunión yo metí, como no queriendo la cosa, el tema, y comenté que yo no me arrepiento de tener hijas pues las niñas son más cariñosas que los niños. Sin embargo, después me quedé reflexionando sobre el tema, y me di cuenta que, en mi caso, no es así, pues el más cariñoso de mis hijos es Arturo, un niño extraordinariamente sensible y emocional que desde muy pequeño ha sabido expresar sus sentimientos en una forma muy palpable y es, de los tres, el más dado a exteriorizar sus muestras de amor. Es también, probablemente, el más noble e inocente de mis hijos. En contraparte, Mariana es la más dura de carácter y, quizá por su condición de hija “de en medio”, es la más caprichosa. Mariana requiere un trato muy especial, pues su natural perspicacia y penetración de ingenio, la hace muy receptiva a nuestras acciones como padres, y cuando percibe que soy afectuoso con ella, derriba todas sus defensas y es una niña adorable, de la misma forma que cuando percibe algo que no le gusta, puede ser tan dura que duele. Jazmín en este momento está aún moldeando su carácter, pero apunta a tener un poco de sus dos hermanos mayores.

El problema que percibo, entonces, es que mi teoría de que las niñas son más cariñosas que los niños, en el caso de mis hijos no se cumple. Y con ello se esfuman mis argumentos en defensa de lo maravilloso que es ser padre de una niña… y sin embargo no veo que la cuestión de “que les ponen los cuernos” sea una razón trascendente. Y esto creo que es porque no estoy convencido de que una mujer esté más expuesta que un hombre a que le pongan cornamenta. De hecho, dado el carácter de cada uno de mis hijos, yo creo que quien tiene más probabilidades de ser engañado por su futura pareja, es Arturo. Si comparo a Mariana con su hermano, ella es más astuta y perspicaz.

Me surge entonces la duda, ¿es la predisposición de las mujeres a ser engañadas por su pareja, más una cuestión cultural que natural? Me queda claro que en otras culturas, como la estadounidense, la infidelidad ocurre aproximadamente en la misma proporción tanto de un sexo como del otro. Y también entiendo que hace, digamos, cien años, en EUA era más probable que el infiel fuera el hombre. ¿Qué cambió? Yo creo que hubo un cambio cultural, y que ese cambio se está dando paulatinamente en México. Y que ese cambio radica en que la sociedad está imbuyendo en las personas el convencimiento de la igualdad de derechos en hombres y mujeres. Y cada generación de mexicanos varones que llega a la adolescencia está más predispuesta que la anterior a respetar los derechos de las mujeres. Y que cada generación de mexicanas está más convencida de que tiene similares derechos que los varones, y está dispuesta a ejercitar y exigir sus derechos.

Si la infidelidad es una cuestión cultural, entonces un padre puede ser capaz de educar a sus hijas de forma tal que no vayan predispuestas a caer en una relación en que su pareja sea infiel. Si educamos a nuestros hijos varones inculcándoles que por su sexo son superiores a sus hermanas, o que esperamos más de ellos por ser varones, le estaremos haciendo un severo daño primero a ellos, y luego a ellas porque el mensaje implícito es “tú, hija, vales menos que tu hermano, y más te vale adaptarte a lo que los varones que te encuentres en la vida te quieran ofrecer”. Creo que si mi esposa y yo educamos a nuestras hijas para ser modositas y resignadas, les estaríamos haciendo un gran mal. Mas veo a Mariana y a Jazmín y no percibo en ellas nada que me sugiera que son blanco idóneo para sufrir una infidelidad. Es más, en lo general, veo a la mujer más capacitada que al hombre desde un plano emotivo y desde un plano intelectual.

Dicen que la mujer desarrolla mejor que el hombre sus capacidades intelectuales, que está mejor preparada que el hombre para puestos de importancia y que es más madura y equilibrada emocionalmente. Yo así lo creo, pues he tenido la suerte de conocer mujeres realmente extraordinarias. Entonces, si la mujer es tan capaz y talentosa, ¿es razonable temer por la suerte que el destino le depare? ¿hay que pensar que una mujer es como una oveja rumbo al matadero de la infidelidad? A mi parecer eso depende de la mujer más que del hombre.

Yo tengo mucha confianza en que mis hijas sabrán elegir bien a sus parejas. En la medida en que Mariana, por hablar de la mayor de mis hijas, elija a un muchacho más en función de su carácter, de sus valores, de sus creencias y de su corazón, que de su físico o de su popularidad, en esa medida tendrá más probabilidades de fundar una relación de amor y respeto mutuos.

Por todo esto, francamente, no temo por mis hijas. ¡A veces temo por los novios de mis hijas!

¡Espero que no los hagan sufrir mucho!

Ahora sí sé qué responderle a mi amigo, a quien vi consternado por la suerte que les depara a muchas mujeres en su relación con los hombres.

No tiene de qué preocuparse.

Una hija es un tesoro, pero no uno frágil que hay que cuidar y proteger, sino un tesoro brillante y hermoso, capaz de irradiar su luz y contagiarnos con su brillo.

Cuando Dios lo bendiga con una hija, podrá, sin duda, sentirse agradecido por ese gran regalo que es una mujer.

viernes, 12 de agosto de 2011

El candidato del Presidente

Cada sexenio el presidente de la República impulsa la candidatura de alguno de los "suspirantes" presidenciales. Hasta el sexenio de Salinas este proceso era todo un rito con una amplia lista de reglas no escritas de lo que debía y lo que no debía hacer todo aquél que tuviera aspiraciones y/o serias posibilidades de contar con el apoyo presidencial.

Por citar sólo a los últimos presidentes, Salinas tuvo a Camacho Solís y a Colosio en diferentes momentos, y tras el asesinato de Colosio, aparentemente se vio forzado por las circunstancias a elegir a Zedillo.

Zedillo tuvo a Labastida, aparentemente con la intención de bloquear a Madrazo, aunque algunos dicen que eligió a un candidato débil para que ganara Fox y se diera la alternancia partidista.

Fox tuvo a Creel, aunque al ser ya otros tiempos y por no tener Fox la última palabra al interior de su partido, el PAN se terminó inclinando por Calderón.

Y Calderón, según varios indicios, apoya a Ernesto Cordero, secretario de Hacienda. Cordero es reconocido por un accionar "bueno" en términos macroeconómicos; si los números son veraces, ha seguido la misma política conservadora que sus antecesores, lo cual ha dado estabilidad económica al país. Si su desempeño ha sido realmente bueno o no escapa a mi entendimiento y a mis conocimientos en el tema, amén de ser un tema polémico donde es difícil ponernos de acuerdo sobre lo que realmente debe hacer la SHCP para recaudar y para distribuir recursos en el país. Por ello no me quiero ni meter en ese tema (al menos por ahora), pero sí preguntarme lo siguiente:

¿Tiene posibilidades Ernesto Cordero de ganar la presidencia de la República?

 ¿No hay algún candidato panista con más posiblidades?

Cordero es famoso por coloquiales frases como:

"hace mucho tiempo que México dejó de ser pobre"

"la gasolina en México es barata"

"con ingresos de 6,000 pesos al mes hay familias mexicanas que tienen el crédito para una vivienda, que tienen el crédito para un coche, que se dan el tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas".

Sin entrar en discusión sobre esas declaraciones, la pregunta es ¿cree Calderón que Cordero sobreviviría a los ataques que recibiría de un Peña Nieto y de un López Obrador por sus declaraciones, y que la gente votaría por alguien con tan poco tacto al hablar, que aparenta no tener sensibilidad de lo que le pasa al pueblo, y que hasta podría estar totalmente fuera de la realidad?

Respuesta 1: Sí lo cree.

En ese caso me temo que Calderón ha perdido el piso y necesita también que alguien lo ubique.

Respuesta 2: No lo cree. Sabe que otro candidato panista tendría más chances, pero impulsa la precandidatura de Cordero porque busca que los sectores empresariales, la llamada "derecha" mexicana, los que no creen en las candidaturas izquierdistas de nuestro país, las personas con un grado universitario, etc., que normalmente dudarían entre votar por el PAN o por el PRI, no tengan dudas y voten por el PRI. y Peña Nieto.

No sé.

Pero está de pensarse.

lunes, 8 de agosto de 2011

La inseguridad en México

El fin de semana pasado en Veracruz fue probablemente el más violento y sangriento de cuantos hemos vivido. Resulta lastimoso y triste ver la pérdida de vidas, en muchos casos de gente inocente; pero además la intranquilidad que priva en nuestras calles, ya sea de día o de noche.

¿Dónde quedó el Veracruz tranquilo que tanto presumíamos a personas de otras entidades del país cuando se tocaba el tema de la inseguridad?

Resulta tentador alinearse con la postura oficial del Gobierno federal, la cual se nos repite constantemente en comerciales de radio y televisión, de que si queremos un México seguro necesitamos combatir frontalmente al crimen organizado y, que pasados estos tiempos de inestabilidad, después de correr a los delincuentes, gozaremos de nuevo de tranquilidad y paz.

La postura oficial parece confirmarse con las sospechas, difundidas en algunos medios, de que el Gobierno de Veracruz ha sido cómplice de cárteles de la droga, y que si se depuran las policías locales, en nuestro estado dejarán de tener cabida esos grupos delictivos.

Por consiguiente, siguiendo este pensamiento, donde hay complicidad con los cárteles seguirá existiendo presencia de estos grupos; y si en todo el país se erradica dicha complicidad, los cárteles de la droga se tendrán que ir a otra parte, o simplemente asumirán que el negocio ilegal ha dejado de ser rentable y se dedicarán a otra cosa.

¿Es esto razonable? ¿factible?

Una regla económica de los mercados es que donde hay demanda de un producto, los agentes económicos cubrirán esa demanda ofreciendo dicho producto a un precio que entre otras variables dependerá del tamaño de la demanda y de la dificultad de obtener dicho producto.

Las drogas son un producto con alta demanda. ¿Está el Gobierno combatiendo la demanda, es decir, el consumo de droga? La respuesta es un terminante no. El combate está dirigido sólo a la oferta y tránsito de la droga. Y en Estados Unidos, que es el principalmente demandante de este bien, tampoco se está combatiendo su consumo. Es más, la demanda y el consumo van en aumento tanto en México como en aquel país. Y mientras siga habiendo demanda, seguirá habiendo negocio. ¿Y qué se le dice a los jóvenes universitarios, futuros empresarios? Se les dice que estén atentos al mercado, para detectar donde el mercado está demandando un bien o un servicio, porque ahí es donde podrán tener éxito en su empresa. Si eso le decimos a nuestros jóvenes, ¿acaso pensamos que la gente sin escrúpulos no va a aprovechar la oportunidad de hacer negocio aún cuando el producto sea ilegal? El acabar con unos grupos delictivos sólo propicia que otros surjan y se apoderen de los espacios dejados vacíos. Y mientras más dificultades encuentren los vendedores de estos productos, más caro los venderán, como consecuencia el negocio será más atractivo, y tendrán más incentivos para encontrar nuevas formas de llevarlo a cabo.

El Gobierno se topa además con la problemática de que México es tránsito natural de droga hacia el principal mercado de demanda del mundo, Estados Unidos. Colombia y otras naciones donde el negocio fue, al menos, parcialmente erradicado, no son sitios clave para el negocio del narcotráfico. México sí lo es. El solo hecho de que en Colombia la tengan hoy más difícil los cárteles ocasiona que el negocio se haya tenido que mover a otra parte. ¿A dónde? Pues a México.

¿Y por qué Canadá no enfrenta los mismos problemas que México? Culturalmente los mexicanos y los canadienses somos muy diferentes. Profundizar en las causas históricas, económicas y sociales es muy complejo e implicaría un análisis muy extenso, pero es un hecho que en la actualidad el ciudadano promedio de México tiene mayor propensión a la corrupción que el ciudadano canadiense. Lo cual, a su vez, implica un obstáculo adicional para todo Gobierno que intente erradicar los cárteles en México: a demasiadas personas de bajos recursos les resulta demasiado tentador mentir, violentar la ley y faltar a sus principios morales con tal de mejorar su situación económica y subir en la escala social.

En resumen, en México hay cuatro principales obstáculos para poder erradicar el narcotráfico:

  1. El narcotráfico es un negocio que genera mucho dinero, y donde hay demanda por lógica hay oferta.

  1. No hay una política seria ni en México ni Estados Unidos que combata el consumo de drogas.

  1. Geográficamente somos el país ideal para que la droga entre a Estados Unidos.

  1. Culturalmente somos un pueblo propenso a prácticas de corrupción.

A todo esto, y dado que no es mi intención decir qué es o no moralmente correcto, sino siendo práctico, con esta perspectiva, ¿va a llevarnos a algo la “guerra” emprendida por el Gobierno federal contra el narcotráfico?