"Es muy importante no perder de vista quién es el amo y quiénes las bestias. Si uno lo olvida, corre el riesgo de que éstas tomen confianza y crean, dentro de las limitaciones de su condición animal, poder desobedecer y actuar sin ninguna disciplina. Para lograr tal grado de disciplina es necesario no complicarse tratando de entender qué sienten, sino al contrario asimilar la superioridad de los humanos por encima de las bestias. Las bestias nunca podrán alcanzar el nivel de entendimiento o capacidad de lógica que sus amos, y si acaso se tratare de una bestia medianamente inteligente, su mediano entender quedará viciado por su inferioridad intelectual, que no le permitirán ver las cosas en su completa dimensión, ni alcanzar los niveles de sensibilidad, astucia, perspectiva de las cosas en su conjunto, potencial analítico, o capacidad de deducción que nos hacen a sus amos los legítimos dueños de sus vidas. Dios nos dio a unos el mando sobre otros, así está escrito y así debe continuar siendo."
Frase de un guardia de campo de concentración nazi durante la SGM.
Parece imposible que un guardia de un campo de concentración pudiera haber sido una persona amigable, amistosa, sensible, educada. Y sin embargo muchos nazis de esos lugares fueron amigables, amistosos, sensibles y educados.
Cuando un ser humano deja de ver como igual a otra persona, su lógica lo lleva a considerar que las consideraciones morales y éticas que debemos para los demás, no aplican para ese "no igual".
Algunos de los seres más despreciables de la historia fueron con sus seres queridos personas amorosas, buenos esposos, buenos padres.
Es muy poca la diferencia entre uno de esos seres despreciables y cualquiera de nuestros seres más cercanos, si es que los une la sensación de superioridad moral y su menosprecio de otras personas, ya sean éstas negros, homosexuales, judíos, mujeres, orientales, prostitutas, etc.
Cualquier persona en nuestro entorno (incluso en nuestro entorno familiar) que se siente superior moralmente a otros, no es mejor que un vigilante o encargado de un campo de concentración. La única diferencia entre ambos es que éste estuvo en la situación, lugar y tiempo que lo llevaron a encarcelar y matar al "ser inferior", mientras que el primero vive en un entorno más civilizado.
Conclusión número 1: esos "monstruos" alemanes de la SGM no fueron tan diferentes de muchos de nosotros.
Conclusión número 2: cualquier país puede caer en un genocidio tan atroz como el que cometieron los alemanes contra los judíos en la SGM.
Conclusión número 3: no podemos admitir ni tolerar volteando para otro lado cuando vemos a alguien cercano asumirse superior a otro u otros, o despreciarle por su raza, nacionalidad, religión, preferencia sexual, etc.
Conclusión número 4: todos en algún momento hemos caído en la tentación de sentirnos superiores a otros, llámense extranjeros, gringos, negros, maricones, putas, nacos, pobres, riquillos, mochos, curas, guatemaltecos, etc., etc., etc. ¡Qué equivocado es cuando pensamos que estamos más allá de ese mal!
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