El fin de semana pasado en Veracruz fue probablemente el más violento y sangriento de cuantos hemos vivido. Resulta lastimoso y triste ver la pérdida de vidas, en muchos casos de gente inocente; pero además la intranquilidad que priva en nuestras calles, ya sea de día o de noche.
¿Dónde quedó el Veracruz tranquilo que tanto presumíamos a personas de otras entidades del país cuando se tocaba el tema de la inseguridad?
Resulta tentador alinearse con la postura oficial del Gobierno federal, la cual se nos repite constantemente en comerciales de radio y televisión, de que si queremos un México seguro necesitamos combatir frontalmente al crimen organizado y, que pasados estos tiempos de inestabilidad, después de correr a los delincuentes, gozaremos de nuevo de tranquilidad y paz.
La postura oficial parece confirmarse con las sospechas, difundidas en algunos medios, de que el Gobierno de Veracruz ha sido cómplice de cárteles de la droga, y que si se depuran las policías locales, en nuestro estado dejarán de tener cabida esos grupos delictivos.
Por consiguiente, siguiendo este pensamiento, donde hay complicidad con los cárteles seguirá existiendo presencia de estos grupos; y si en todo el país se erradica dicha complicidad, los cárteles de la droga se tendrán que ir a otra parte, o simplemente asumirán que el negocio ilegal ha dejado de ser rentable y se dedicarán a otra cosa.
¿Es esto razonable? ¿factible?
Una regla económica de los mercados es que donde hay demanda de un producto, los agentes económicos cubrirán esa demanda ofreciendo dicho producto a un precio que entre otras variables dependerá del tamaño de la demanda y de la dificultad de obtener dicho producto.
Las drogas son un producto con alta demanda. ¿Está el Gobierno combatiendo la demanda, es decir, el consumo de droga? La respuesta es un terminante no. El combate está dirigido sólo a la oferta y tránsito de la droga. Y en Estados Unidos, que es el principalmente demandante de este bien, tampoco se está combatiendo su consumo. Es más, la demanda y el consumo van en aumento tanto en México como en aquel país. Y mientras siga habiendo demanda, seguirá habiendo negocio. ¿Y qué se le dice a los jóvenes universitarios, futuros empresarios? Se les dice que estén atentos al mercado, para detectar donde el mercado está demandando un bien o un servicio, porque ahí es donde podrán tener éxito en su empresa. Si eso le decimos a nuestros jóvenes, ¿acaso pensamos que la gente sin escrúpulos no va a aprovechar la oportunidad de hacer negocio aún cuando el producto sea ilegal? El acabar con unos grupos delictivos sólo propicia que otros surjan y se apoderen de los espacios dejados vacíos. Y mientras más dificultades encuentren los vendedores de estos productos, más caro los venderán, como consecuencia el negocio será más atractivo, y tendrán más incentivos para encontrar nuevas formas de llevarlo a cabo.
El Gobierno se topa además con la problemática de que México es tránsito natural de droga hacia el principal mercado de demanda del mundo, Estados Unidos. Colombia y otras naciones donde el negocio fue, al menos, parcialmente erradicado, no son sitios clave para el negocio del narcotráfico. México sí lo es. El solo hecho de que en Colombia la tengan hoy más difícil los cárteles ocasiona que el negocio se haya tenido que mover a otra parte. ¿A dónde? Pues a México.
¿Y por qué Canadá no enfrenta los mismos problemas que México? Culturalmente los mexicanos y los canadienses somos muy diferentes. Profundizar en las causas históricas, económicas y sociales es muy complejo e implicaría un análisis muy extenso, pero es un hecho que en la actualidad el ciudadano promedio de México tiene mayor propensión a la corrupción que el ciudadano canadiense. Lo cual, a su vez, implica un obstáculo adicional para todo Gobierno que intente erradicar los cárteles en México: a demasiadas personas de bajos recursos les resulta demasiado tentador mentir, violentar la ley y faltar a sus principios morales con tal de mejorar su situación económica y subir en la escala social.
En resumen, en México hay cuatro principales obstáculos para poder erradicar el narcotráfico:
- El narcotráfico es un negocio que genera mucho dinero, y donde hay demanda por lógica hay oferta.
- No hay una política seria ni en México ni Estados Unidos que combata el consumo de drogas.
- Geográficamente somos el país ideal para que la droga entre a Estados Unidos.
- Culturalmente somos un pueblo propenso a prácticas de corrupción.
A todo esto, y dado que no es mi intención decir qué es o no moralmente correcto, sino siendo práctico, con esta perspectiva, ¿va a llevarnos a algo la “guerra” emprendida por el Gobierno federal contra el narcotráfico?
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