Hace unos días pasé con algunas personas muy queridas un agradable fin de semana en la costa de los Tuxtlas. Tomando la carretera Veracruz-Alvarado-Catemaco (el camino que continúa hacia Coatzacoalcos), la mejor ruta es, unos 8 kilómetros adelante de Angel R. Cabada, tomar la carretera a la izquierda rumbo a Montepío. La carretera es angosta pero en muy buenas condiciones. Sólo unos 25 minutos después de la desviación, te topas de frente con el mar, y los siguientes -¿qué será?- 20 kilómetros son bonitos paisajes de mar de un lado y del otro los campos de un verde intenso en colinas onduladas, montes y montañas.
Uno de los datos que más me llaman la atención de los Tuxtlas es que se trata de la única cadena montañosa en todo el Golfo de México que llega hasta el mar. Eso propicia, aparte de interesantes paisajes, que el rico suelo volcánico favorezca -¡y de qué forma!- la proliferación y diversificación de la flora y la fauna. La UNAM tiene allí una unidad científica de investigación pues, por mencionar un hecho, existe en los Tuxtlas mayor número de especies de aves que en toda Costa Rica, que es famosa por su rica biodiversidad. El suelo montañoso favorece que haya corrientes de agua, cascadas, arroyos, ríos y lagos. Cuando las colinas y cerros llegan hasta el mar muchas veces terminan en espectaculares acantilados donde la erosión ha formado cuevas. Y, especialmente, y en todos lados, se ve un verde intenso y de varias tonalidades, que es una delicia a la vista.
La comunidad más grande de la zona -y que no llega a los 1,000 habitantes, pues todas son pequeñas comunidades de pescadores, es Montepío, donde pasamos la noche. Su playa es una ancha extensión de arena más clara, más suave, pero sobre todo más limpia -mucho, mucho más limpia- que la arena de las muy visitadas playas de Veracruz y Boca del Río. En Montepío vierten sus aguas dos pequeños ríos que, dado que nacen en las montañas cercanas, no recorren la suficiente distancia como para calentarse, hacerse profundos o ensuciarse. Cuando te bañas en Montepío, aún en temporada calurosa, el agua se siente fresca y muy agradable.
Roca Partida es la más bonita de las formaciones rocosas que sobresalen en la línea costera y tiene la más grande de las muchas cuevas de la zona. Entrar a la cueva es una sensación que te causa mucha emoción y expectación. Dicen que ésa fue la cueva preferida del pirata Lorencillo.
Llegamos también a una playa únicamente accesible en lancha, donde el agua es transparente y, con un poco de suerte, puedes tener la playa privada sólo para ti y tu grupo.
Con todo esto, fue un viaje muy bonito, en un lugar que considero tiene todos los ingredientes para atraer más turismo, que redunde en beneficios para los pobladores, siempre y cuando se desarrolle un plan de desarrollo que, en lugar de favorecer a grandes grupos hoteleros o restauranteros, sea manejado por los propios tuxtlecos, después de una adecuada asesoría del Gobierno, y reciban ellos mismos los beneficios de aprovechar, ecológicamente, de una forma limpia y ordenada, los recursos que la naturaleza les brindó. Y todo ello a 2 1/2 horas del puerto de Veracruz.
El gran misterio es que esta zona sea tan poco conocida, y mientras tanto, los veracruzanos tenemos a tan corta y accesible distancia un lugar limpio y sin aglomeraciones que no tiene nada que pedirle a ninguno de los grandes centros turísticos del país.
Eso sí, si alguien espera un Hilton, un Señor Frogs, o un club de playa como para "springbreakers" se va a decepcionar. Por mi parte, el no tener nada de eso es parte de su encanto, por lo que sin duda a este lugar "no le duele nada".
si un lugar muy lindo
ResponderEliminarEs encantador poder sumergirte en esas aguas hermosas de montepio
ResponderEliminarBien lo dice un pedacito d cielo
ResponderEliminarSi, efectivamente montepio es algo que difícilmente se encuentra en otro lugar, y su gente muy cordial y amigable !
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