martes, 3 de enero de 2012

México y las ciudades más bellas del mundo

Recientemente leí un artículo que enlistaba las (según el autor) 17 ciudades más bellas del mundo. Si mal no recuerdo, la página web del artículo era Prodigy, por lo que muchísima gente en México tenía acceso a ella. Si bien de las 17 sólo he ido a 3, en términos generales estuve de acuerdo con la gran mayoría de ellas. Considero que algunas ausentes debieron estar ahí, y tengo duda con que se merezcan estar 3 o 4, pero la lista, considerando lo subjetivo y relativo de elaborar algo así, me parece adecuada.

Ninguna ciudad mexicana estuvo en la lista.

Lo que me llamó más la atención es que parece que le dijeron a los lectores del artículo "las ciudades de México están re' feas", porque al menos la mitad de quienes vertieron comentarios brincaron y levantaron su voz en señal de indignación. ¿A los mexicanos no se nos puede decir que lo mexicano no es "la mamá de Batman" porque tenemos ganas de golpear al que haya pronunciado semejante blasfemia? ¡Hay que bajarle el tono! A mí este asunto me brinca porque, entre amigos, familiares, en el trabajo, en la escuela, en donde sea, cuando se dice que algo mexicano es inferior a lo de otros países, siempre habrá varias voces (o todas las voces) que armarán tremenda bronca. Y ya hasta me da miedo hablar por temor a que me peguen o mínimo me mienten la madre. ¿No es, desde un punto de vista psicológico, eso un síntoma de un complejo de inferioridad? Esta hipótesis propone que aquello que nos acompleja será aquello que más nos molesta y desata nuestra agresividad. Si sabemos que algo no es cierto, a lo más nos molesta, pero no nos enoja. Si sabemos que algo es dolorosamente cierto, nos molesta y nos enoja.

Si la hipótesis que menciono es cierta, habría que preguntarnos qué es lo que nos molesta. Vamos a ver: a nivel de país, si en una plática con puros connacionales decimos que nuestras ciudades están sucias y les urge una limpieza a fondo, y que quiten a los vendedores ambulantes y a los limosneros, a los drogadictos, los grafitis, lo más probable es que haya un concenso en que eso es cierto y se debe hacer. Pero si en la plática hay extranjeros y es alguno de ellos el que hace el comentario, lo más seguro es que nos hierva la sangre y hasta iniciemos una discusión aún sabiendo en el fondo que no tenemos fundamentos para alegar lo contrario. Si condenso ambas situaciones, puedo decir que lo que nos molesta no es la realidad de nuestros defectos (en este caso, de nuestras ciudades) sino que alguien de fuera nos lo haga ver, porque nos damos cuenta que en la comparación con las gentes de otros países no salimos bien librados. Si un mexicano habla mal de México, se toma como una crítica constructiva, o con humor. Si un extranjero habla mal de México, lo tomamos como un ataque. Detrás de eso no puede haber sino un complejo porque esos comentarios venidos de fuera nos hacen ver que como país estamos mal, y si como país estamos mal, como nación y como pueblo también estamos mal.

Cuando los alemanes fueron rebajados tras su derrota en la SGM, y las naciones aliadas les restregaron en sus caras sus errores, ¿qué hicieron los alemanes? Asimilaron la enseñanza y lucharon para ser mejores; y por supuesto, lo consiguieron. Lo mismo ocurrió con los japoneses tras la SGM. Cuando en México nos hacen ver nuestros defectos, activamos un mecanismo de protección, mediante el que negamos la realidad, e inventamos argumentos para racionalizar argumentos en contrario. ¿Es eso lo que nos va a hacer mejores? ¿Cuándo vamos a aprender que en otros países no tienen nada contra México o contra los mexicanos? Si leemos acerca de la cultura de otros países vamos a ver que los ingleses se expresan con desdén de los estadounidenses, éstos hacen lo mismo con los canadienses, los franceses lo hacen con los españoles, los griegos con los turcos, los mexicanos con los estadounidenses (por supuesto), los chinos con los japoneses, etc., etc. Es parte de la ideología de las naciones. Lo que yo no entiendo es que los mexicanos creamos que todos los que no son latinoamericanos se expresan mal de los mexicanos. Más bien me parece que con esto proyectamos nuestro acomplejamiento como nación.

Volviendo al ejemplo de las 17 ciudades más bellas del mundo, ¿a qué ciudad mexicana postularíamos? Entre las propuestas vi algunas tan absurdas como las ciudades prehispánicas de Chichén Itzá y Monte Albán, que ¡ya no son ciudades! Muchos defendían a la ciudad de México, ¡que como ciudad englobando todo es espantosa! Y algunos decían (en el colmo del absurdo): "increíble que no haya ninguna ciudad de México, las ciudades mexicanas tendrán muchos defectos, pero también cosas buenas, y al menos a los mexicanos nos gustan, pues, además, tenemos que defender lo nuestro". ¿O sea que como tenemos que defender lo nuestro, en el mundo tienen que concordar que algunas de nuestras ciudades están entre las más bellas del mundo?

Yo creo que nos beneficia más como nación vernos en nuestra propia realidad y partir de ahí, con mucha energía y optimismo, para ACTUAR y ser cada vez mejores. Para ello, primero hay que ubicarnos en nuestra propia realidad, y no tomarnos nada personal.

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